DEL MONTSEC
La magia de recorrer los despoblados
El Montsec de Aragón esconde entre sus desfiladeros pueblos abandonados esperando a que los descubras. Estos despoblados son lugares mágicos en los que el tiempo se ha detenido, que puedes recorrer mientras imaginas cómo era la vida de sus primeros pobladores y el día a día de sus gentes.
Unos primeros pobladores que supieron luchar contra la dura orografía del lugar, contra la falta de comunicaciones y recursos. Personas que formaron sus hogares y sus costumbres a fuerza de perseverancia y trabajo.
Ese carácter y esa fuerza siguen vivos en estos pequeños pueblos abandonados. En ellos descubrirás sorprendentes vistas, muros y viejas casonas de piedra que se mantienen en pie, desafiando al tiempo, como testigos orgullosos de un pasado no tan lejano.
UN PASADO QUE MERECE UNA VISITA
sin prisas ni aglomeraciones
despoblados rodeados de belleza
Piedra y Naturaleza se funden con el viento y el sol como únicos testigos. Estos pueblos abandonados están enclavados en lugares de espectacular belleza. Lugares tan duros como bellos, algo que forma parte de su atractivo igual que lo fue de su abandono.
Porque vivir en un lugar así demandaba mucho más que hacerlo en una ciudad. A cambio, te ofrecía rincones en los que perderte entre cielos inabarcables y silencios solo interrumpidos por el canto de las aves.
Y en medio, tú, como parte de estos lugares tan especiales en los que encontrarás todavía elementos de la vida tradicional de sus gentes, como lavaderos, fuentes y molinos.
Todo en un entorno natural tan duro como bello, protegido por su valor y su belleza
LUGARES
que despiertan sensaciones
Apunta estos despoblados llenos de historia, porque no vas a querer perderte ni uno:
L’Estall: en este pueblo abandonado de una sola calle resistió a solas su último habitante, Santiago Pena, durante casi 30 años. Esta proeza bien merece una visita a este despoblado que conversa una decena de casas y una iglesia.
Mongay o Montgai: escondidas entre farallones te esperan construcciones de piedra, una fuente, la iglesia de Santa María de Mongay, además de unas vistas inigualables. Tras un infructuoso intento de rehabilitación, el pueblo ha sido abandonado de nuevo en un entorno tan abrupto como bello.
Fet: además de las viviendas en ruinas, podrás ver la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en una de las poblaciones que quedó sin habitantes cuando el embalse de Canelles inundó las zonas de cultivo.
Chivireta: edificaciones como la escuela, la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, además de varias casonas de piedra son testigo de la vida de este pueblo ahora deshabitado y perteneciente al municipio de Viacamp y Literá.
Montfalcó: la ermita románica de Santa Quiteria te espera en este pueblo abandonado en el que la Casa Batllé aguanta en pie, rehabilitada y convertida en un refugio y alojamiento rural.
Finestras: uno de los despoblados más espectaculares que encontrarás en tu visita al Montsec, gracias en gran parte a sus construcciones, a su maravilloso entorno y a su famosa muralla formada por la Naturaleza. Te dejará sin palabras.
Estos lugares son testimonios de otras vidas y otros tiempos. Esperando a que recorras sus caminos y te sientes en sus piedras a contemplar la maravilla que te rodea.
No olvides traer una buena cámara contigo. La vas a necesitar para llevarte un poco de su magia cuando vuelvas a casa.
LAS PIEDRAS TE HABLAN
te cuentan historias
Los despoblados son el ejemplo perfecto de una tierra con un rico patrimonio histórico, cultural, artístico y etnográfico, cultural y artístico. Porque el arte no está solo en los museos o iglesias. También está muy presente en los pueblos y aldeas deshabitadas.
Esta tierra ha sido frontera entre reinos, lugar de defensa donde las torres vigías se mantienen como testigo del pasado. Igual que lo hacen estos pueblos abandonados. Por eso, caminar por ellos es volver al pasado, es respetar la vida de unas personas que pelearon por su estilo de vida hasta el final.
Si estás listo para sentirlo, te invitamos a recorrerlos, a admirar sus restos y a mantenerte atento. Porque los pueblos abandonados siguen vivos y llenos de historias que contar a todo el que esté dispuesto a escucharles.
¿Serás uno de ellos?
